The Perfect Woman

No somos perfectas… ni lo queremos ser

Arantxa Martínez, directora de la ONG Naya Nagar en India

Arantxa Martínez es fundadora y directora de la ONG Naya Nagar. Esta organización trabaja para mejorar las condiciones socioeconómicas de comunidades desfavorecidas de India. A través de la cooperación al desarrollo, promueven cambios estructurales para que las comunidades con las que trabajan sean autosuficientes y no dependan siempre de ayuda exterior. Sus proyectos se centran en educación, igualdad de género, sanidad y derechos humanos.

Además de madre de familia y una trabajadora incansable, Arantxa es una mujer encantadora y que siempre está dispuesta a brindarte su mano para ayudar. Todo un ejemplo e inspiración para mí que también colaboro con proyectos en India.

Y así surge esta entrevista, hablando de India, de las mujeres y de Naya Nagar.

¿Cómo nace Naya Nagar? Explícame brevemente su historia.

Me fui a India en 2008 con la idea de hacer un voluntariado de 6 meses. Tras varios años trabajando en multinacionales me apetecía tomar un respiro, siempre con idea de volver. Sin embargo, aquel voluntariado se convirtió en mi vida profesional. En apenas unas semanas me di cuenta de que el Tercer Sector necesitaba urgentemente profesionalizarse para poder garantizar proyectos sociales de calidad, eficientes y sostenibles. Me pareció un reto increíble donde yo podía aportar mis conocimientos y experiencias profesionales.

Y fue como empezó Naya Nagar. Establecí contratos de colaboración con varias ONG locales con el objetivo de profesionalizar la ayuda a través de la financiación y apoyo técnico en proyectos destinados a mejorar el desarrollo socioeconómico de comunidades empobrecidas, con la educación como pilar del trabajo.

Tu trayectoria profesional es curiosa, pasaste del mundo de la banca al tercer sector, y en concreto en India, como decidiste hacer este cambio tan radial?

Se produjo todo de manera muy natural. Yo no buscaba un cambio radical en mi vida. Yo me fui a India, como podría haber sido perfectamente a otro lugar, a vivir una experiencia personal diferente, temporal y con billete de vuelta.

Pero la vida de repente te pone cosas delante que no te esperas y que te atraen enormemente hasta el punto de que encauzas tu vida hacia una dirección muy diferente a la que había pensado.

El Tercer Sector y en concreto la cooperación al desarrollo me fascinó. Me di cuenta de la gran responsabilidad que tenemos todos de hacer de este mundo un lugar mejor. Por nosotros mismos y por las próximas generaciones. Y tenía la suerte por mi situación personal y económica, a diferencia de otras personas, de poder hacer algo. ¿Cómo no iba a hacerlo?

Explícanos cuál es, desde tu conocimiento del país, la situación de la mujer en India.

El problema principal es la falta de empoderamiento y el origen de esto es falta de una educación de calidad, tanto en hombres como en mujeres. Muchas personas dirían que el problema es el machismo o la discriminación. En mi humilde opinión, ambos son consecuencia de una educación deficiente que lleva a que la mujer tenga una baja autoestima y no rompa con muchos aspectos culturales que la están anulando.

La cultura hinduista es muy machista, igual que muchas otras, y sin embargo en otros lugares las mujeres estamos empoderadas para luchar por nuestros derechos. Cuando llegué a India yo definía la cultura hinduista como machista. Por ejemplo, las familias concertaban los matrimonios y la hija se iba a servir a la familia del marido, sus suegros la controlaban y, si tenía hijos, seguramente si se trataba de una familia con pocos recursos las hijas no irían a la escuela.

Sin embargo, según fui conociendo a un mayor número de mujeres, de comunidades bastante empobrecidas, me di cuenta de que la propia mujer ponía barreras al empoderamiento de otras mujeres. La figura de la suegra en muchas ocasiones martirizaba a la nuera, no dejándola salir de casa, no dejándola formarse o trabajar.

Al final, entendí que el problema iba mucho más allá del machismo. La cultura está tan arraigada que la propia mujer no es capaz en muchas ocasiones de ver con claridad que muchas veces está en sus manos el cambio. Como decía, la figura de la suegra tiene bastante poder social. Ella controla las finanzas en las casa y decide sobre su nuera. Lo que es difícil de entender es como, si ella un día fue nuera y sufrió lo mismo, pueda volver a replicar la historia torturando psicológicamente a su nuera. Pero claro, hablamos de una mujer que por primera vez en la vida tiene “voz y voto” puesto que nunca como niña o mujer tuvo algo que decir. ¿Cómo no va a gestionar mal ese poder? Por eso en Naya Nagar creemos que el pilar de la cultura y el desarrollo es la educación. 

En temas de igualdad género que áreas concretas trabajáis desde en Naya Nagar?

Principalmente en una educación de calidad para niñas mediante un proyecto de refuerzo educativo para niñas adolescentes en colegios del gobierno, para así evitar el abandono escolar.

En empoderamiento de la mujer a través de grupos de autoayuda. También damos microcréditos para mujeres en exclusión, este proyecto lo empezamos en enero en la zona de Karnataka.

Y por último, formación y empleabilidad, a través de cursos de costura, diseño y estética y peluquería.

Dentro de estas tres áreas de trabajo, en concreto en la de empoderamiento de la mujer me gustaría que me hablaras de las Asociaciones de Mujeres para el Desarrollo Comunitario, un proyecto que desarrolla Naya Nagar. ¿Cuéntanos en qué consiste?

Apostamos por las mujeres como buenos líderes de las comunidades. Por ello formamos, a través de profesionales locales, grupos de mujeres por barrios, les damos apoyo para que ellas mismas extraigan sus propias necesidades y las necesidades de la comunidad para buscar soluciones para solventarlas. Una vez encontradas las posibles soluciones desde Naya Nagar tratamos de hacerlas realidad (guarderías, talleres de formación, etc.).

Visto así es un modelo muy sencillo. En la práctica es complicado por la falta de autoestima y porque no es fácil dar con mujeres líderes que puedan movilizar a otras. Es importante por tanto trabajar también el liderazgo y otras habilidades necesarias para llegar a que estos grupos sean autogestionados realmente, que no dependan de la ONG. Pero es posible y ya hay buenos ejemplos de ello.

Cómo ya has comentado, afirmas que la educación, tanto de niños como niñas, está el principio de la solución del problema de la desigualdad de género. ¿Cuáles son tus propuestas de futuro para mejorar la situación mediante la educación?

Como he comentado antes, por supuesto. La educación es la clave. No sólo en India, sino en el todo el mundo. No podemos hablar de igualdad si el hombre no está de acuerdo con nosotras. Y eso sólo se consigue si desde pequeños nos educan en la igualdad, en las escuelas por supuesto pero, principalmente en casa.

Yo tengo 3 hijos y desde el día que nacen sienten, ven, perciben lo que hacemos sus padres. Somos su ejemplo. Puede que más adelante tengan otras referencias, ídolos, profesores, amigos a quienes imitar. Pero cuando nacen su ejemplo son sus padres. Si no ven que los dos están igual de implicados en los diferentes ámbitos de la vida familiar y profesional, entonces ya estás fomentando que entiendan el mundo de una manera desigual.

Debe ser duro, desde tu visión de mujer occidental, entender la situación de desigualdad que viven millones de mujeres en India y encontrarte con ello a diario. ¿Cómo se convive con ello?

Supongo que por ser occidental no sientes el mismo desprecio hacía ti, por el simple hecho de ser mujer, que pueden sentir ellas. Quizás por el papel que desempeño en el proyecto los hombres implicados (empleados, destinatarios, etc.) me ven con “otros” ojos. No lo sé, pero la realidad es que siempre me he sentido muy cómoda y valorada en India. Lo duro como mujer occidental es conocer a tantísimas mujeres que están sufriendo situaciones tremendas solo por el hecho de ser mujer.

De repente te planteas: ¿Y si hubiera nacido yo aquí?. Por supuesto aprendes a valorar la suerte que tienes y, aunque en España aún queda mucho trabajo por hacer, somos unas afortunadas. En España estamos luchando por poder conciliar la vida personal y el trabajo. En India para la gran mayoría de mujeres trabajar es un sueño, no deciden el número de hijos que tienen, ni siquiera con quién. Están a años luz de nosotras. Lo que me da esperanza es que son mujeres fuertes y que quieren luchar por sus derechos. Es esperanzador ver y sentir que ese cambio es posible y que llegará si el resto del mundo nos implicamos.

Y para acabar, me gustaría que me expliques: ¿Cómo es la mujer India perfecta?

De la mujer India destaco al valor que dan a la familia, algo que en España se ha perdido. En India un familiar, aunque no sea de primer grado, está por encima de absolutamente todo. No existen las residencias de ancianos pues creen que a un ser querido hay que cuidarle dentro del núcleo familiar hasta su último día. Cualquier excusa es buena para estar en familia.

Otra cualidad es que respetan enormemente al mayor. Creen firmemente en que la sabiduría se gana con la experiencia.

Por último, destaco su fortaleza. Supongo que la misma que la de cualquier mujer en el mundo. Pero en India es alucinante ver cómo pueden afrontar los problemas con tanta fuerza.

Conozco a muchas de ellas y podría poner infinitos ejemplos, pero si alguna mujer me ha marcado esa es Poonam. Una mujer de 19 años que dio a luz a un bebé con labio leporino, para ellos nacer con una deformación como esta supone ser un niño maldito al que hay que dejar morir, y que contrajo tétanos nada más nacer. Luchó contra su marido, suegros y todo el que se puso delante hasta conseguir no sólo que su hijo fuera ingresado en un hospital para salvarse del tétanos, sino que además consiguió que le operasen del labio para demostrar que su hijo es un niño perfectamente normal y que es obligación de cualquier madre y padre cuidar de su bebé.

Algunos datos sobre India….

Ser mujer en India no es fácil. Desde niñas son sometidas a las normas sociales impuestas por una cultura opresiva.

Según un estudio de la Fundación Reuters, India es el peor país del G-20 para ser mujer. “Las mujeres y las niñas siguen siendo vendidas como objetos, casadas a los 10 años, quemadas vivas por peleas sobre las dotes o explotadas como esclavas domésticas”

Más del 40% de los matrimonios infantiles del mundo son en India. En ocho Estados del país, más de la mitad de las mujeres son casadas antes de los 18 años, según un documento de la ONU. El matrimonio le niega a las niñas su infancia, las priva de su educación y las hace más vulnerables en salud, entre otros riesgos.

Si quieres conocer más sobre la labor que hace la ONG Naya Nagar en India puedes visitar su web www.nayanagar.org o seguirlos en redes sociales.