Un auditorio hasta los topes, un escenario vacío, la emoción se sentía en el ambiente… allí estaba yo, esperando a Jill Abramson, la primera mujer en dirigir el diario más prestigioso del planeta, el New York Times. Durante su visita a Madrid este año para hablar de periodismo quiso reflexionar sobre cómo contar historias que atrapen al lector y sean relevantes.
El nombramiento de Abramson como la primera directora del Times en 2011 fue un hito en un país donde, los hombres ocupan el 66% de los puestos de responsabilidad en la prensa. Y un hito también para un periódico que en 1974 fue denunciado en los tribunales por un grupo de reporteras por discriminación. El padre del actual editor tuvo que indemnizar a las afectadas y comprometerse a un programa de promoción de mujeres. Ahora las periodistas se vuelven a preguntar por el sueldo de sus colegas hombres, y en los casos donde hay confianza, a comparar cifras. En 2012, fue la 5ª mujer más poderosa del año, según la revista Forbes, y en 2013, Foreign Policy la catalogó como una de las 500 personas más influyentes del mundo.
A Jill Abramson nadie le regaló nada. Pasó por Harvard para después ser reportera en publicaciones tan prestigiosas como Time o The Wall Street Journal. Después recorrió todos los escalones del periodismo hasta llegar a la cima de The New York Times en 1997. No fue hasta 2011cuando se convirtió en la primera mujer directora del diario. Un nombramiento que supuso un hito. Y un cambio en el estilo y el equipo directivo del periódico, al que accedieron por primera vez mujeres. Tres años más tarde la despidieron. El propietario, Arthur Sulzberger, ofreció una escueta explicación donde afirmaba que Jill Abramson tenía mal carácter. Actualmente se dispone a poner en marcha un nuevo medio, junto con Steven Brill, fundador de CourtTV y periodista especializado en reportaje largo además de dar clases en las universidades de Princeton y Harvard.
Y así empezó su clase magistral… nos habló del gran anhelo humano de que nos cuenten historias y de que lo hagan bien. Para ella el periodismo es contar historias con un objetivo. Hay un enorme publico que ansia, que anhela que le cuenten buenas historias. Buenas y breves a poder ser. Aunque reconoce que la gente consume historias largas siempre y cuando estén bien contadas.
Ella no tiene duda en que las siguientes generaciones de periodistas serán los mejores cuentacuentos del mundo ya que tendrán mucho más en cuenta la narrativa de sus relatos.
Y cada vez más marcas de las mejores empresas del mundo están invirtiendo en publicidad relacionada con los relatos, lo que denominamos branding. Es una estrategia de publicidad que tiene éxito porque cuenta una historia, porque engancha.
La famosa periodista también quiso darnos un par de advertencias sobre este tema.
Por un lado, el declive de las humanidades en el mundo universitario. Para Abrahamson las carreras de letras son tan importantes como cualquier otra ya que desarrollan habilidades muy importantes para las personas. Destaca el placer de leer, es un placer que se desarrollará durante toda nuestra vida, va a enriquecer nuestras vidas y va a ser una de las mejores compañías que tengamos para siempre. “Es un error simplemente estudiar algo porque pienses que va a quedar bien en tu curriculum” sentenció.
Por otro lado, la censura es otro de los temas que preocupa mucho a la periodista. Casos como el de Snowden hacen pensar cada día más que la censura es a veces un gran acoso para los periodistas. Quiso citar a Tomar Jefferson que dijo: “Si tuviera que escoger entre tener periódicos o gobiernos preferiría tener periódicos”. Esta tendencia terrible de los gobiernos por intentar censurar ciertas informaciones que deben saber los ciudadanos aterroriza a Abrahamson. “El ambiente nunca había sido tan difícil y me preocupa que el público no reciba la información que necesita” exclamó.
Hoy en día , sin embargo, tenemos a nuestro favor las publicaciones digitales. Lo mejor de ellas es que en un segundo pueden llegar a un público global. Es por ello que los países no deben censurar internet “nunca”.
Algunos datos más…
Un 60% de los periodistas son mujeres pero solo un 20% tienen cargos directivos ¿En que momento del camino nos hemos perdido?
Sobre la mujer periodista en cargos directivos no dijo nada… supongo que ya le han preguntado demasiadas veces sobre el tema. Por eso he querido recoger sus respuestas en algunas de las entrevistas que ha concedido:
Cuando a usted la nombraron directora de The New York Times se convirtió en símbolo para mujeres de todo el mundo. Tres años más tarde la despidieron y el impacto fue también brutal. ¿Qué ha aprendido de lo sucedido? ¿Qué les diría a las mujeres jóvenes que aspiran a puestos de responsabilidad?
A una mujer que quiera asumir responsabilidades en un mundo dominado por hombres la animaría a perseguir sus sueños. No quiero que el hecho de que me despidieran se traduzca en una lección negativa para mujeres jóvenes. Quiero que tengan ambición en sus carreras, pero también les diría que tienen que ser fieles a sí mismas. No puedes triunfar si tienes una voz interior que constantemente está cuestionando si estás siendo demasiado trepa, o demasiado mandona, o demasiado asertiva. Yo soy consciente de que el hecho de que yo fuera fiel a mí misma pudo haber sido un factor decisivo en que finalmente me despidieran. Pero también, si miro atrás y veo los 17 años que pasé en The New York Times, me doy cuenta de que ocupé los puestos más importantes de la redacción. Fui la primera mujer que dirigió la delegación de Washington, la primera jefa de redacción durante ocho años y la primera directora durante casi tres. Pasé un tiempo fantástico y no me arrepiento ni de un día de mi trabajo allí. No voy a fingir que el fin de esos días no fue doloroso. Dolió. Pero, de verdad, no me arrepiento. Creo que The New York Times es una institución irremplazable en nuestra sociedad. Es el mejor medio de comunicación del mundo, creo en sus valores periodísticos y también creo que su éxito es vital.
El haber protestado por ganar menos dinero que sus predecesores se ha citado frecuentemente como una de las principales causas de su despido. ¿Por qué cree que las periodistas ganamos menos?
Es importante para cualquier periodista, y en especial para las mujeres periodistas, preguntar cuando reciben una promoción cuál va a ser su salario y cuánto ganaba la persona a la que van a reemplazar.
Usted transformó la redacción del The New York Times. Prácticamente la mitad de los nombres pasaron a ser de mujeres. El mundo no se vino abajo y el Times tampoco. ¿Fue tan difícil?
Es algo de lo que estoy muy orgullosa. En el momento en el que lo hice no me pareció difícil. Me pareció que a la gente a la que ascendí se lo merecía, que eran periodistas fantásticas, y el hecho de que la redacción fuera más diversa era algo necesario. Pero no a todo el mundo en The New York Times le encantó lo que yo hice.
Así es nuestra mujer periodista “perfecta”…
(Crónica de la conferencia: Amanda Terés / Preguntas entrevista: El País y El Mundo)